EL PÚBLICO DE LORCA

El público es una de las obras más vanguardistas de Lorca y del teatro español. Lorca escribe esta obra en torno a 1930 y con ella propone revolucionar la escena. Lorca persigue en esta obra romper con el pasado, con las inercias, con la tradición y con la represión tanto en el plano artístico como en el afectivo. Es un canto al amor, al teatro y al público.

Nos asomamos a esta pieza teniendo en cuenta que el texto lorquiano que ha llegado a nuestros días no es la versión definitiva del autor. Por eso jugamos con el texto y empezamos a ver qué cuestiona la función y también empezamos a navegar por las diferentes tramas. La pieza empieza con un director que es cuestionado, tanto artísticamente como emocionalmente. Le cuestionan su propio teatro, un teatro complaciente, que Lorca denomina teatro al aire libre y
que ya ha olvidado el teatro que hacía, un teatro más comprometido con su tiempo que Lorca llama teatro bajo la
arena. ¿Tiene que haber máscaras en el teatro? ¿En la vida? ¿Ocultarse es lo más conveniente?

El director mantiene una máscara teatral y vital. Es un director que no quiere seguir sus pulsiones artísticas, pero tampoco las personales. El director está enamorado de un hombre y no es capaz de admitirlo.

Así empieza está obra que pondrá en cuestión diferentes aspectos del teatro y de la realidad, de la identidad, del género, del edadismo, del amor, de lo revolucionario. Aimara ha imaginado un texto comprometido con su tiempo por eso la mujer está más presente en esta versión que en la original de Lorca. En el tiempo de Lorca la mujer y el amor entre mujeres estaba más
que invisibilizado, pero todavía cuesta ver en escena esta temática, por eso hemos creído conveniente adecuar el texto a nuestra realidad y no solo mostrar el amor gay, sino también el amor lesbiano o el sexo y la mujer mayor.

Es una pieza emocionante que canta al amor, al teatro y al público.